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Happy, happy, happy (por Nela)

Estoy aquíííí... por fin. Estoy muy emocionada. He pasado unos días muy estresantes, la verdad, y por fin, creo y espero, he encontrado mi hogar. A ver, que haga un pequeño resumen sin atorarme, que se me "bratan" las palabras queriéndolo contar todo a la vez y así no puede ser.

Lo primero presentarme. Nací en la calle, con muchos hermanos y hermanas. He estado divirtiéndome de lo lindo durante algo más de dos años, de hecho hasta he sido mamá dos veces. Un día una humana me cazó y me metió en una caja. Al principio no me gustó nada, me tocaban por todas partes, me pincharon, me hicieron un montón de perrerías (sí, perrerías, porque hacer cosas para fastidiar a los gatos es algo muy perruno, nunca me llevé bien con ningún perro y eso no va a cambiar ahora). Luego me dolía el vientre que te cagas, no podía ni moverme. Y me pusieron una especie de campana en la cabeza que odiaba a muerte y que casi hasta me impedía comer.

Luego los recuerdos están un poco emborronados. Se mezclaron varios humanos, las palabras "campaña de esterilización de colonias callejeras" y yo que empezaba a ver que donde estaba estaba divina: calentita, con mimos por todas partes, sin faltar la comida, los dolores remitían... Un día me volvieron a meter en una caja y de allí me pusieron en un sitio amplio donde vi muchísimos humanos que no paraban de mirarme. Y luego otra caja y aquí estoy, en lo que quiero que sea mi nuevo hogar. Aquí viven dos humanos (ÉL y ELLA), y dos mini-humanas por ratos. Hay días en los que están las dos mini-humanas, otros en las que está sólo la mayor, los menos en las que está sólo la pequeña y días sólo de los humanos mayores. No entiendo mucho este ritmo de convivencia, pero voy a hacer lo posible por quedarme aquí. Estos humanos me hacen cosquillitas todo el rato y eso es algo que me encanta. Y no tengo ninguna necesidad de buscar comida o un baño limpio. Aquí siempre lo tengo todo preparado.

Lo peor es "la otra". En esta casa hay otra gata más tonta que hecha de encargo, que huye de los humanos, no les deja ni tocarla y a mí me gruñe. Voy a intentar superar mis prejuicios. La calle me ha enseñado que todos merecemos una segunda oportunidad. Tengo que llevarme bien con ella para quedarme, eso es algo que he entendido por conversaciones robadas a ELLA con ÉL, los humanos mayores.

Me pusieron de nombre algo de un queso, pero no me gusta. Voy a mirarles con cara de "cámbiame el nombre por favor" a ver si consigo que lo pillen.

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