Han pasado muuuchoooos días, lo sé, pero es que me daba mucha pereza todo. Así que simplemente os voy a dejar una imagen que refleja qué he estado haciendo en esta casa nueva estos meses. Por si lo dudabais, soy la nueva reina de esta casa. Todos me acarician y me miman cuando lo pido y me lo hacen todo. La otra felina sigue a su rollo. Huye de los humanos y sólo se les acerca cuando cree que hay algo a lo que hincar nuestros colmillos. Hemos tenido muchas conversaciones de sofá y ventana ella y yo, varias peleas de juego, alguna de entrenamiento y sólo una de verdad (al principio, luego ya hicimos las paces). Ahora ya hasta dormimos juntas y nos queremos. Yo sigo diciendo que está equivocada y que es tontita la pobre. Ella sabrá, yo, desde luego, creo que soy la más lista. Así siempre consigo el mejor bocado cuando los humanos quieren darnos algo distinto a esa cosa seca y con forma de cagarrutas de oveja que nos suelen dar. Nos queremos a nuestra manera, pero no consigo que ve
Estoy aquíííí... por fin. Estoy muy emocionada. He pasado unos días muy estresantes, la verdad, y por fin, creo y espero, he encontrado mi hogar. A ver, que haga un pequeño resumen sin atorarme, que se me "bratan" las palabras queriéndolo contar todo a la vez y así no puede ser. Lo primero presentarme. Nací en la calle, con muchos hermanos y hermanas. He estado divirtiéndome de lo lindo durante algo más de dos años, de hecho hasta he sido mamá dos veces. Un día una humana me cazó y me metió en una caja. Al principio no me gustó nada, me tocaban por todas partes, me pincharon, me hicieron un montón de perrerías (sí, perrerías, porque hacer cosas para fastidiar a los gatos es algo muy perruno, nunca me llevé bien con ningún perro y eso no va a cambiar ahora). Luego me dolía el vientre que te cagas, no podía ni moverme. Y me pusieron una especie de campana en la cabeza que odiaba a muerte y que casi hasta me impedía comer. Luego los recuerdos están un poco emborronados. S